Siempre que llega esta fecha, pienso y trata de visualizar aquel día que narra la Biblia, pues puedo imaginar la preocupación de María y de José, y en aquel José sin saber qué hacer y dónde ir, esperando en la confianza y la providencia de Dios, corriendo, tocando, hablando y negociando, algún lugar digno dónde pudiera nacer el salvador. Lastimosamente, aquella noche, solamente le prestaron una pesebrera, aquel lugar donde dormían los animales, un lugar, sencillamente, humilde y sencillo, creo que José nunca lo imaginó, pero Dios lo dispuso, para enseñar a la humanidad la necesidad de acoger al salvador de la manera más sencilla y humilde, donde necesita un cuna lo más ligera posible. ¿Cómo está tu cuna, tu corazón para acoger al salvador que está cerca?
¿Qué harías si vinera el mismo Jesús ahora a tu vida? ¿Estás preparado para ese encuentro? El libro del Apocalipsis en la Biblia, menciona: “mira que estoy a la puerta y llamo”, Dios hoy llama a tu corazón, te visita, vienen a quedarse contigo para siempre, pero ¿si estás listo para ello? ¿Abrirás tu corazón a ese Jesús que te invita a dejarlo todo y seguirlo? ¿Aceptarás al salvador de tu vida? ¿Le reconocerás como el rey y Señor? Durante este tiempo, nos hemos preocupado mucho por lo exterior y lo superficial, por estrenar y comprar ropa y regalos costosos, en hacer una verificación de la lacena para que no falte nada para la noche de navidad, alistamos equipos, la música, los invitados, ¿y tu corazón? Sigue ahí, entre la amargura y la desolación, perdido en la oscuridad, se ha quedado sin vida, sin ánimo, en el mismo dolor y pecado, se ha cubierto de angustias y temores, partido por el duelo y la pérdida, un corazón que no es capaz de palpitar amar porque te cansaste de amar.
Es necesario, mirar el corazón, ese corazón que se apasiona, que tiene sed, y dejar el orgullo y empezar a hacer una opción por la sencillez y el amor, porque allí es donde nacerá Jesús, si siente que lo has dejado sin nada, allí, aquel niño nacerá trayendo la paz y la tranquilidad, el amor y la felicidad que el mundo y el mal te arrebató. Hoy Jesús, no tiene dónde nacer, porque hemos cerrado todas las puertas del corazón, porque creemos que no le necesitamos, porque nos importa más la fiesta, el trago, la comida, los regalos y la ropa, es decir, tenemos otros intereses que celebrar lo que es la verdad Navidad, un abrir el corazón a Jesús que viene a hacer todo nuevo y dar la vida que hemos perdido. Mira, él, Jesús, está a la puerta ¿abrirás? Jesús te llama ¿Le escuchas? Te busca, busca tu corazón ¿le darás posada esta Navidad?