Dice un pasaje bíblico: “Vino un hombre de Baal Salisa y llevó al hombre de Dios primicias de pan, veinte panes de cebada y grano fresco en espiga; y dijo Eliseo: Dáselo a la gente para que coman. Su servidor dijo: ¿Cómo voy a dar esto a cien hombres? Él dijo: Dáselo a la gente para que coman, porque así dice Yahveh: Comerán y sobrará. Se lo dio, comieron y dejaron de sobra, según la palabra del Señor”. Este texto pone la realidad de nuestra vida, que en algunos momentos se nos presentan circunstancias, donde vemos que no hay posibilidad de realización, en este caso son unos pocos panes para una multitud, de ahí la pregunta de aquel hombre ¿Cómo voy a dar?, es la misma que nos hacemos frente a la vida ¿cómo? Y se pueden poner otras tales en ¿por qué a mí? Y frases como “no puedo”, “es imposible” y con ellas llega desánimo y el desaliento ante lo que no puede ser y la racionalización de la realidad. Puedo decirte, como lo he escuchado en repetidas ocasiones, en tu imposibilidad está la posibilidad de Dios, que se vale de lo poco para sacar en abundancia. ¿Cómo hacer tu imposible algo posible?
El pan es alimento, sustento y bendición, es la sagrada escritura, la palabra Pan es reflejo de la bendición de Dios que alimenta a su pueblo con su palabra y con su voluntad que es amor y perfección ¿Cuál es el alimento que pides a Dios para tu vida? ¿Con qué alimentas tu corazón? Pero, en el texto dice que un hombre de Dios hizo posible que el pan fuera multiplicado, creyendo en la promesa de Dios: “comerán y sobrará”, pues quien recibe la bendición y cree en ella, es una bendición que viene desde el cielo y de sobremanera, pues Dios alimenta cada día a su pueblo con una palabra que tiene promesa y poder, promesa porque quiere amarnos siempre y poder porque realiza un plan de misericordia.
El texto bíblico invita a confiar en Dios que es Padre, y como como todo padre, sostiene o sustenta, acompaña y corrige, es decir, estamos e invitados a confiar en Dios que es un padre providente, confiar en su providencia que nos sustenta cada día, porque donde no hay, Dios saca y donde falta hace abundar, si te falta amor y felicidad, pues confía en Dios, porque te dará de manera abundante, cree y espera, porque quien confía en el Señor, jamás quedará defraudado. Dios acompaña siempre, nunca abandona a sus hijos muy amados, no basta con crearnos, nos sigue acompañando aun cuando hemos decidido abandonarle, nuestra mira se pone en el cómo un hijo que se abandona en las manos de su padre y que el cubre y protege. Y Dios corrige, es decir, no muestra y aconseja el camino que debemos tomar, tiene un plan y cuando nos equivocamos nos corrige como padre amoroso, lastimosamente, no aceptamos sus caminos y su voluntad, porque queremos hacer la propia y somos incapaces de obedecer por orgullo y soberbia.
Si te das cuenta que tienes y puedes dar, dale a los hermanos, dales pan, es decir, dales del alimento que les hace falta, felicidad, amor, comprensión, perdón y misericordia, Dios te da en abundancia para que repartas a tus hermanos de la bendición que recibes, siempre Dios llenará el canasto de tu corazón para dar y darte generosidad. Este es el milagro, cuando te conviertes en un hombre o mujer de Dios que creen y espera, que confía en las promesas de Dios, ahí es donde está el milagro, cuando das en el nombre de Dios desde el corazón, aquí es donde lo imposible se hace posible, porque Dios toma tu poquedad y lo hace abundante para ti y para los hermanos.
Cierto. Dios nos da para que podamos dar. Gracias Señor por tanto que nos das.