“El Señor ha estado grande con nosotros y estamos alegres” es una frase de un salmo en la Biblia, que también dice: “cuando el Señor cambió la suerte de Sión nos parecía soñar” y me gusta mucho ello, porque cuando Dios viene a ser parte de nuestra vida, todo cambia, hace poco alguien me decía y preguntaba: ¿Desde cuándo este lugar o página es de Iglesia? E inmediatamente recordaba lo que Dios había hecho en mi vida, y pues, sigue realizando, sus obras en nuestra vida son tan grandes que solo queda un deseo y pasión de anunciarlas, porque parece que se sueña cuando tenemos la bendición y el amor de Dios en el corazón, es imposible no anunciar algo que se vive y se siente, porque se quiere mostrar el camino de la misericordia, porque como Dios la tiene para haberme llamado, aceptado, y abrazo, así lo hace con todos, si pudo hacerlo conmigo que soy tan pecador y que no merezco su amor y misericordia, mucho más podrá hacerlo por aquellos que le buscan de corazón y que necesitan, que tienen sed, es decir, Dios no me llamó por ser el más capacitado, ni me ama por mi buena y perfectas obras, que ni tengo, lo hizo porque se fijo en mi debilidad, porque de barro soy, pecador, débil y frágil, que se deja llevar por los deseos del mundo, pero Dios me vio y tuvo misericordia, porque me ama aun en medio de mis infidelidades. Así, ¿Cómo no expresar tanto amor? ¿Se podrá callar lo que mi corazón dice al sentirme amado y aceptado por Dios?
Muchas cosas pueden dar felicidad, te lo aseguro, pero es pasajero y superficial, son momentos, pero Dios te da aquella perdurable, duradera, que no pasa y que no se acaba, porque ha estado grande, su bendición no se agota. Ponte del lado del Señor, porque esa sed que tienes que no es saciada por tu trabajo, por el dinero, personas, etc. Esa sed que hoy tienes puede ser saciada y calmada por Dios, porque él lo es todo, dice el Salmista “unida está a ti mi alma” o bien expresaría San Agustín: “mi alma está inquieta hasta que descanse en ti”, puede que no hagas parte de tu vida a Dios, pero Dios quiere hacerte parte de la suya, para entregarte todo el amor y la felicidad, te espera como padre amoroso, desde la aurora te aguarda. Y bien, ciertamente no estoy predicando una Iglesia, Iglesia que amo y que es pueblo escogido y de la propiedad de Dios, estoy predicando un amor que lo ha dado todo por mí, que me rescató de mi esclavitud, así mi voz sea callada, mis obras relatarán la misericordia, aunque no sea reconocido, mi lengua cantará el auxilio del Señor en los rincones.
¿Estás cansado de ir por la vida y no encontrar descanso y saciar tu sed? Clama al señor, búscalo y se dejará encontrar, porque Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob, porque quien se refugia en él, no queda defraudado. Dios quiere darte consuelo y amor, quiere darte la felicidad y perdón, aquello que el mundo y personas te arrebataron, el Señor te devolverá el 100×1 en bendición y amor. Recuerda, hay alguien que apostó su vida por ti, para darte vida en abundancia, para darte felicidad y para saciar tu sed; el Señor te espera y te busca, corre tras él y encuentra un amor hecho redención en tu historia.