Tu piedra angular

En muchas circunstancias de la vida perdemos el horizonte y el sentido de la vida, por la perdida que sufrimos, ya sea de personas, bienes materiales, sentimientos, la felicidad, sueños, etc. y con ello, sentimos que se acaba todo lo que somos, si como cada momento que respiramos ya no tiene ningún sentido en el mundo, que todo desfallece, rutinario y en soledad. Y eso somo nosotros, seres atrapados en la caducidad de la vida, porque todo va cambiando, algunas cosas se terminan, llegan simplemente a su fin, tal como una vela encendida en una larga noche, se acaba rápidamente, o simplemente otras, cambian. Recuerdo, que en mi ultimo año de colegio, en una convivencia me contaban la historia de un tren, que tenía muchos puestos, con algunas estaciones donde debía parar, y donde cada uno estábamos ahí, con familia, amigos, pertenencias, pero durante el camino algunos se bajaban, otros subían, y en otras oportunidades sencillamente estábamos solos. Ello, me recuerdo al camino que cada día recorremos, donde vamos conociendo muchas partes, y con algunas personas, proyectos, destinos, pero no siempre será lo mismo.

Con ello, pienso en la estabilidad, ¿Cómo serlo en un mundo cambiante? ¿Cómo ser en la transformación? Una repuesta fácil, sería convertirnos en un camaleón, que se amolda y cambia ante la temperatura y su entorno, pero no se puede, porque ante algunas circunstancias que llegan a nuestra vida o perdemos, nos volvemos otros, es decir, empezamos a ser algo que nunca deseamos y soñamos, y aquí en donde viene la propia insatisfacción de la vida y el sin sentido de la misma, porque sencillamente el mundo y el momento nos obligó a ser lo que ellos quería y no lo que seamos. Por eso es que ante todo ello, quiero invitarte a que tu vida pueda tener buenos y profundos cimientos, donde pueda venir la dificultad, los cambios, y puedes seguir siendo aquello que siempre soñaste; la clave está en el mismo evangelio cuando Jesús invita a cimentar la vida sobre la roca y no sobre la arena, donde puede desplomarse aquello que somos y tenemos.

Este el día para poner nuestra vida en la manos del Señor, hacernos conscientes que no podemos seguir sembrando y haciendo proyectos desde lo inestable y superficial de la vida, si pudiéramos conocer el amor de Dios y su voluntad que se realiza en nuestra historia, se podría aceptar fácilmente a Cristo como la roca, como aquella piedra viva, que hoy en día es rechaza por muchos, como dice el apóstol Pedro en una de sus cartas, hoy el mundo cree no necesitar, pero puedo asegurarte que si empezamos como buenos constructores, caminantes y en mundo que hoy dice si y luego no, que está en completo cambio, todo será más estable, tendremos la alegría y podremos realizarnos en lo que siempre hemos soñado. No quiero decir que nos quedemos siempre con lo antiguo y lo de siempre, no, porque somos seres dinámicos y cambiantes, la clave está en poner nuestra vida en Dios que nos ilumina el camino y tener a Cristo como piedra angular de la vida, porque él dará la vida y la felicidad que se necesita. ¿Desde dónde edificas hoy?

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