Existen algunos momentos de nuestra vida que nos da pena algunas circunstancias por las que pasamos, como tropezarse en la calle, otras más complicadas como alguna situación económica difícil, o también, algún trabajo o empleo que ejercernos. Recuerdo, que durante un tiempo me daba mucha pena decir que pasaba por algunas necesidades, y que mientras estaba en la universidad cuidaba niños o hacía aseo y trabaja contestando algunas llamadas en la emisora, que no tenía la mejor ropa para algunos eventos importantes que me invitaban, y ello hizo que me escondiera en los últimos puestos de los salones de la universidad y no compartir con muchos de mis compañeros, hasta creo que algunos docentes no conocieron el tono de mi voz, era inseguro y no estaba orgulloso de la que era en ese momento, me sentía como uno menos entre todos. Hasta puedo decir con certeza que todo ello se debió a que un día mientras trabajaba en una parroquia, la contadora amablemente me llamó a decirme que mi sueldo lo tenían que bajar, pues no tenía estudios y no era nadie ni nada para ganar esa suma de dinero; creo que puedes imaginar mi cara de rabia y tristeza, al pensar que mi trabajo no valía y que simplemente “no era nadie”.
No sé si te ha pasado una cosa así, tal vez puede ser más grande, o más pequeña, o sencillamente nunca te ha sucedido tal cosa, y quiero decirte, el sentimiento de impotencia frente a lo que te dicen es desastroso, te deja sin ánimos y sin ganas de seguir. Ese día tenía dos caminos u opciones, bajar la cabeza y dejar que aquella persona se aprovechara injustamente o simplemente abandonar el lugar ¿Tu qué hubieras hecho?
Es importante que nunca dejes que las personas apaguen lo que tú eres, hay muchos que injustamente se van aprovechar y te dicen que no vales o no cuentas, pero debes sentirte orgulloso de lo que eres y lo que tienes, porque puedo decir con seguridad que eres una gran persona, porque lo que te hace grande, no son los títulos o el dinero, o tal vez, el mejor puesto, es tu esencia y tu ser, aquello que te caracteriza y te hace diferente, quizás alguien no pueda aceptarte, pero créeme no necesitas la aprobación de alguien, para ser aquello que quieres ser, para cumplir tus sueños y alcanzar tus metas. No dejes que nadie pase por encima de lo que tú eres, cree en lo que eres o en lo tienes, ello te hará crecer y si en algún momento te tratan injustamente, levanta la cabeza, no discutas, ora por aquella persona y que ese sentimiento de inferioridad te impulse para valorarte y aceptarte, para reconocerte como un ser privilegiado, para que sigas luchando por aquello que quieres y deseas y que no te de pena lo que realizas, eso que haces te hace grande y nos hace crecer como sociedad y humanidad, no importa si es el trabajo que realizas es sencillo, porque lo haces con amor, dedicación y entrega ¿De qué te sirve tener o no tener títulos sino sabes tratar a una persona en justicia y amor? Sé orgulloso y feliz con lo que eres porque es lo que te hace grande, tu vida es bendición y un tesoro.