Un impulso de amor

Hace algunos días escucha una frase que decía: “las cosas terrenales no llenan un corazón que fue hecho en el cielo”, y pues me llamaba mucho la atención, porque el día de hoy, la Iglesia recuerda a un hombre que vivió y experimentó a Dios en su propia vida, vida que se basa en el cumplimiento de leyes superficiales y ritos vacíos, un hombre que odiaba al cristianismo, un hombre que pensaba poder acabar con un mensaje de un buena nueva de vida, redención y liberación, un mensaje de amor hecho cruz y resurrección, y puedes preguntar ¿Quién puede ser? Su nombre, conocido en la Biblia es Saulo, o también, Pablo, un hombre que experimentó a Dios y conoció el amor que Jesús había dado en una cruz. Un hombre que fue capaz de dar todo por eso es conocido como siervo y apóstol, siervo porque supo rendirse ante el amor de Dios y apóstol porque fue capaz de anunciarlo con valentía, gozo y autoridad.

San Pablo, no enseña a escuchar la voz de Dios, a tener un encuentro vivo con Jesús resucitado, que el camino que recorremos día tras días, en medio de nuestro orgullo y soberbia, Jesús nos muestra que el amor todo lo puede, que es capaz de despojaros de nuestros propios intereses egoístas para abandonarnos en el amor hecho salvación. San Pablo, fue uno de los personajes que comprendió muy bien la entrega del ser cristiano, porque anuncia un amor que le amó hasta el extremo, aun en medio de su debilidad, un amor que superaba toda barrera de odio y de errores que cometía, un amor que le abrazó hasta el momento mismo de su martirio, un amor que le llevó a obtener una corona de gloria, aquella que jamás se marchita, porque supo reconocer entre todos a su redentor.

Hoy quiero invitarte a experimentar el amor en la persecución, porque muchas personas que tienes a tu lado, quieren arrebatarte a Jesús, o tal vez, tu mismo eres el perseguidor de aquellos que creen en Dios y esperan en su misericordia, que te atreves a burlarte de aquellos que se abandonan en fe a Dios en la oración. Es la hora del amor, y al ser esta hora, quiero afirmar que es momento de abrir el corazón, dejar que se expanda en la misericordia que viene del cielo, que se da a cada uno y que abre nuestros ojos a la luz y la sabiduría de Dios; esta es la hora de dejar nuestra soberbia atrás, ser nuevas creaturas desde el mismo corazón amante de Jesús, que se acerca y nos abraza a pesar de nuestro pecado y debilidad; es la hora de anunciar a los hermanos aquel amor que nos rescató en una cruz, una amor que, para unos, es escándalo, para otros, necesidad, pero para aquellos que creen es victoria y salvación.

Así, este es el día de la salvación, de la vida gozosa, de abandono, de creer en las promesas de aquel que nos ha amado primero y se ha hecho redención para todos, este es el día que actúa el Señor, abre el corazón a sus promesas y su bondad, deja que obre en tu vida, y después, vea tus hermanos a anunciar y decir, aquello que Dios ha hecho con tu pobre vida, cómo la ha sacado de las sombras de la muerte para darte la vida en plenitud y la felicidad que tanto necesitabas y buscabas en el mundo; y no olvides, como dice Pablo, ser hostia viva, agradable y santa.

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