Al conversar con algunas personas, se han detenido para preguntarme que si tuviera la oportunidad de volver en el tiempo qué haría, dónde iría. Pienso inmediatamente en mi infancia y adolescencia, ello para revivir algunas cosas que me hicieron muy feliz y estar con personas que hoy no lo están, y también, para poder cambiar aquellas cosas que no pude realizar bien o cambiar las malas decisiones que un día tomé. Si tu lo pudieras hacer, ¿Qué harías? El pasado sería interesante tenerlo en nuestras manos, pero no es así, el pasado existe en el eco de nuestra memoria que reproduce todos los momentos que vamos viviendo día tras día, con especial cuidado se guardan unos más que otros; recuerda, solo tenemos el presente, el ahora, y cuando escribo ahora se convierte en pasado, porque si lo volviera a escribir sería un presente más.
Es una buena oportunidad para pensar sobre el tiempo, una realidad que tenemos en todo momento, siempre medimos nuestra existencia en él; me atrevería a decir, que nuestra existencia en revelada en el tiempo, un tiempo que para muchos corre muy rápido, para otros muy lento, pero siempre, en completo movimiento y mientras el tiempo corre se va acabando nuestra existencia en el mundo. ¿Te has detenido a pensar que muchas veces desperdiciamos nuestro tiempo en cosas que no dan frutos buenos para nuestra vida? Recuerdo muy bien que uno de mis formadores durante los días de Seminario que nos decía constantemente: “el tiempo perdido lo lloran los Santos”, tiempo que se puede aprovechar para estar, compartir y hablar con Dios, con los hermanos, con tu familia, amigos, pues el tiempo no se recupera, solo se va de nuestras manos. Nuestra vida se va en el tiempo, sí, se va como la espuma en el agua, dura solo unos momentos. Deberías aprovechar tu vida al máximo haciendo lo que quieres y no desperdiciándola en cosas sin sentido o solo estando amargado y triste, deberías aprovechar esos momentos para hacerte más fuerte y mirar a nuevos horizontes que te den bienestar y satisfacción.
Sé que hay momentos en nuestra vida que quisiéramos que no terminaran, como otros en donde se desea que terminen pronto, pero El tiempo existe para que crezcas, para que busques a Dios, es una oportunidad de vida para que cada instante lo vivas a plenitud contigo mismo, con los tuyos, pues el pasado no vuelve, solo tenemos el ahora, el aquí, este instante, pues también, el futuro en el cual pensamos tanto, es incierto, no sabemos que pueda pasar unos minutos después con nosotros, tienes el ya; entonces, cada instante de vida ha de ser una construcción de pasados, anhelos del futuro, con vivencias del presente. Así, el tiempo es mucho o poco, pero es solo uno, vívelo de la mano con Dios, compartiendo con los que amas, dando perdón y amor, que lo sepas vivir a plenitud y no solo dedicando tu vida a instantes superficiales que no ayudan, pues a futuro, tal vez, los quieres sacar de tu mente. Has que tu tiempo sea una oportunidad de vida en felicidad contigo mismo, con Dios y los hermanos, no te quedes viviendo en el tiempo sin el tiempo.
Es muy cierto. El tiempo es relativo y debemos optimizarlo, primero organizando nuestras prioridades y luego dando a cada una el tiempo para cumplirlas. El estar en familia toda la pandemia, ha permitido a muchos revalorizar este núcleo y reflexionar sobre las relaciones al interior del hogar. El amor y comprensión empiezan en la familia. Demos gracias a Dios por el tiempo que kos ha regalado y la familia que nos ha dado.