No es tan solo observar, es hacer.

En nuestros tiempos, como en toda la historia de la humanidad, han existido diferentes realidades sociales, tristemente unas más difíciles que otras, unas que impactan y llegan al corazón, unas mas complejas que otras realidades. Muchas personas, no ponen su vista en aquellas personas que sufren y se encuentran en diversos problemas y son olvidadas. Esta es una realidad de la que mucho se dice, pero poco se hace, somos espectadores de lo que sucede, ciegos observando al hermano que sufre.

Si reflexionas los diferentes momentos de tu vida, Dios ha llegado a recatar, a tender su mano para salir de aquel abismo. Si nuestro Padre actúa así con sus hijos, vale la pena preguntarse ¿Cómo se está actuando con el hermano? Pues Dios no es un espectador ante los problemas, actúa para que estemos bien, y lo mejor es que lo hace con todos sin importar si está con Él, simplemente lo hace por amor.

Ciegos observando son muchos, pero si le das un giro a tu mirada y al sentir de tu corazón, de seguro será hará una revolución para que todos estén al servicio de los demás. Todos deberíamos estar dispuestos ayudar en cualquier momento ya sea en nuestra familia, amigos, compañeros de trabajo, lugares donde se debe actuar, escuchar y dar la mano.

Todos están llamados a servir de diferentes maneras, desde el colegio, la universidad, en la calle. Así como Jesús se acerba a los que necesitaban de su ayuda, tomemos ese ejemplo para nuestra vida, y escuchemos al que está necesitado.

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