Siempre estamos resaltando lo no tan bueno, debería ser una buena pregunta, ¿Por qué hacemos eso? Si en la vida y en el día a día nos pasan cosas buenas. En un grupo hacia el ejercicio de resaltar lo bueno que nos había pasado en la semana. Algunos lo pensaban mucho y sonreían al ver que, si había cosas buenas, otros afirmaban que pocas veces pensaban en ello.
Escuchaba afirmaciones sencillas, pero buenas e importantes para ellos, como; Invite a mi mamá a comer, mis padres vienen a visitarme, pague mi primer semestre de estudios, pague mi deuda, en fin, en una semana muchos tuvieron días únicos que marcan nuestra vida.
Seamos aquellas personas que ven lo bueno, que en la pared blanca no nos enfoquemos en aquel punto negro o la mancha, sino en las bendiciones y posibilidades que hay en nuestro existir. Seamos aquellos que ven mil posibilidades, que hay muchas soluciones, no en los “peros” que nos encantan y se convierten en piedra de tropiezo.
Sentir, pensar, amar ya es una bendición, el tener un techo, un trabajo, son regalos de la vida por lo que hay que seguir luchando y si en algún momento nos faltan cosas o deseamos alcanzar algún sueño, luchemos por ello, estamos vivos y eso es ganancia, es la oportunidad más grande para salir ganadores, que va a costar mucho, pero Dios nos respalda y nos da las fuerzas para lograr salir adelante, así que, te invitamos a ver lo bueno, a resaltar aquellas cosas que nos hacen sonreír y ver que la vida tiene sentido y vale la pena seguir disfrutándola.
Date la oportunidad de hacer el ejercicio día a día o al terminar la semana de resaltar lo bonito de la vida, así sea algo sencillo, pero aprendamos a ver que todo tiene sentido y vale la pena, muchas cosas dependen de la actitud que le pongamos a la vida, sobre todo de aquello en lo que nos enfocamos, por ello, Jesús se enfoca en tus capacidades y en qué eres capaz de lograr tantas cosas, tan solo hecha un vistazo a tus logros y de seguro sonreirás con alegría que alrededor hay bendiciones.
