Existen algunos aspectos y situaciones de nuestra vida que no sabemos cómo explicar certeramente, o se deja la tarea a la ciencia para que se encargue de brindar una investigación y definición concreta, pero, aun así, en algunos momentos no se llega a la comprensión total de ese algo, aquí es donde nos encontramos en el campo del misterio, de lo inexplicable, donde no hay palabras que definan, hay silencio, es lo que está oculto y escondido. Recuerdo, cómo mis sobrinos desde muy pequeños pedían explicaciones de algunos temas en general, los “por qué” resonaban en sus juegos y por toda la casa; tienen una gran capacidad de asombro, porque ante el desconocimiento de ese algo, surgía una pregunta. Actitud que muchos de nosotros vamos perdiendo poco a poco, porque queremos explicar lo que acontece, pero al no tener asombro e interés, no nos cuestionamos. Hemos perdido con los años la capacidad de dejarnos asombrar por aquellas cosas de nuestro entorno, nos hemos acostumbrado a la vida, la volvemos muy rutinaria, donde no hay espacios para ese dialogo de pregunta y respuesta, porque no sacamos el tiempo, a veces se cree que son preguntas sin importancia, o simplemente, por costumbre no lo hacemos y nos quedemos con la respuesta: “porque es así”.
Creo que el asombro debe jugar un papel importante en la vida del hombre, es el asombro ante las cosas pequeñas que tenemos a nuestro alrededor, como cuando puedo viajar al mar, siempre me voy a cuestionar en medio de su inmensidad, y desde allí, sacar las más profundas reflexiones, porque no puedo acostumbrarme a contemplar tanta belleza y grandeza, empezar a preguntarme por su autor y creador. Cosas como esas, deberían impactar al ser humano. Pero nos acostumbramos a vivir sin vida, a vivir sin preguntas, a vivir sin el asombro, acostumbrados a caminar en el misterio sin pasión por la pregunta. Por esta razón, es que, en diversas ocasiones, la vida se torna aburrida y sin sentido.
Quiero invitarte para que vivas tu vida ante el misterio, que vuelvas a tener esa capacidad de asombrarte por lo que está a tu lado, que tengas asombro de tu propia vida, de la naturaleza, de aquellas cosas que se manifiestan y que no puedes explicar, también, ante el misterio del amor que mueve las fibras más íntimas de nuestro ser y nos capacita para donarnos en él a los hermanos. Deja espacio para la pregunta, y busca su respuesta, si no la encuentras sigue el camino admirándote ante él y verás que pronto será revelado, no puedo decirte en qué momento será, pero si estoy seguro de que vivirás tu vida de una manera diferente. Y recuerda, que ante esos acontecimientos de tu vida que son inexplicables y misteriosos, hagas un salto del “por qué” al “para qué”, y así darle sentido a lo que vives o aquello por lo que estás pasando y sacar el mejor provecho de ello, camina en el misterio y tu vida no será estática, ni rutinaria, será dinámica y la vivirás a plenitud, no te acostumbres a vivir.