Vive como heredero

Todos hemos recibo una herencia, el don de la vida, pero en diversas ocasiones perdemos mucha de ella, pues nos vamos por caminos de muerte, es decir, de aquello que es contrario a la vida bella, a la vida buena, vida en bendición. En la biblia encontramos una historia que cuenta Jesús de un hombre que tenía dos hijos y uno de ellos se acerca a su padre y le pide la parte de la herencia que le corresponde; teniéndola, se marcha y se gasta toda la herencia, la pierde y desde allí, empieza vivir casi que en muerte, pasa hambre y necesidad, pero en medio de todo lo perdido, el texto dice que: “entrando en sí mismo, dijo…” (cf. Lucas 15). Es la misma actitud que quiero invitar a que tengas, un entrar en sí mismo, es hacer un ejercicio de autorreflexión, donde podamos examinar qué estamos haciendo con nuestra vida, si andamos en camino de muerte o de vida, si estamos malgastando esa herencia que se nos ha dejado. Por eso, es que debemos comenzar un camino de honestidad, generosidad, disciplina y esfuerzo, pues en momentos creemos que todo puede ser muy fácil, caemos en el facilismo de la vida y no puede ser así. La vida es dinámica, y lo es, en medio de nuestros dolores, miedos, angustias, por aquello no tan bueno por lo que tenemos que pasar, pero también, lo es en la felicidad, en el amor, el sentir, cumplimiento de sueños; tu vida no es estática. 

Quiero invitarte a que, si estás gastando tu herencia o la perdiste, antes que se acabe todo y no encuentres salida a tus dificultades y esa pobreza del corazón, emprendas el camino de la reconciliación, empezar a recorrer el camino consciente de lo que eres; es lo mismo que hizo aquel hombre llamado “el hijo prodigo”. Son cuatro aspectos que debes tener en cuenta y poner en práctica para que te conviertas en un buen administrador de tu vida, tu sentir y tu ser: 1. Levanta los ojos, no puedes quedarte sumergido en el dolor, en tu propia angustia. Es mirar nuevas alternativas, porque no somos hombres y mujeres para sufrir, el dolor no es para siempre, somos hechos para vivir. Que como seres frágiles, como seres humanos, en momentos pasamos por el dolor, pero no nos quedamos derrotados, es tener esperanza en el corazón de ser mejores cada día, de conocer nuevos campos y caminos por recorrer. Ánimo, levanta la vista, porque ello es lo que hacen los deportistas cuando quieren llegar a la meta, no miran un punto fijo hasta dónde quieren llegar, solo miran al horizonte, solo mira allá, donde están sus metas. 2. Camina, ponte en marcha, no te quedes solo soñando, en las ilusiones, intenciones, es importante que actúes, sé que encontrarás obstáculos, pero eres valiente, saca fuerzas, podrás llegar si luchas y te esfuerzas. 3. Aprende, es decir, debes reconocer que caíste, te levantaste y que no vas a volver a malgastar lo que estás recuperando, es tener ahora la actitud de valorar lo que tienes y lo que eres. 4. Sé feliz, porque has caído y te has levantado, porque caminas y construyes vida, vives como aquel hombre o mujer que lucha por sus sueños, que vence obstáculos, que lloras, pero también, que sonríes. 

Recuerda que, ante la toma de algunas decisiones en la vida, debemos volver sobre sí mismos y aprender, encontrarnos a nosotros como herederos, ser mejores administradores de la vida, así que sé valiente y lucha sin desfallecer, vive tu vida como heredero. 

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